Hola amigos y amigas, los caracoles han sido consumidos desde antiguo. ¿Pero desde hace mucho?… Sí, desde la prehistoria. Existen restos de conchas de estos moluscos en cuevas con miles de años de existencia, “Los humanos ya se alimentaban de caracoles hace 150.000 años”.
Un poco de historia
En la Roma de los césares se consideraban un manjar y eran engordados en granjas para posteriormente comerlos. A estas granjas se les denominaba cochlearium. Según Plinio el viejo , tenían también propiedades medicinales y los recomendaba como remedio para los dolores de estómago entre otros males.
Durante la Edad Media en Europa debido a la prohibición de comer carne se consumían en la Cuaresma, (no eran considerados ni carne ni pescado).
En el siglo XIX el caracol se pone de moda en Rusia y se convierte en una comida para sibaritas y comensales de la nobleza como el Zar Alejandro I, de quien se decía que podía comer hasta 2 Kg de caracoles en un día, “Caracoles a la Borgoñona”.
El consumo de caracoles de Borgoña se extendió y se puso de moda en toda Francia en la segunda mitad del siglo XIX.
Les voy a contar cómo se comen los caracoles, esos pequeños y deliciosos moluscos que son una delicia para el paladar. Sé que muchos de ustedes pueden pensar que los caracoles son repulsivos o que sólo se comen en Francia, pero les aseguro que hay muchas formas de prepararlos y disfrutarlos en casa.
Lo primero
Conseguir los caracoles. Pueden comprarlos en una tienda especializada o recolectarlos ustedes mismos en el campo. Eso sí, asegúrense de que los caracoles estén vivos y sanos, y de que no hayan estado en contacto con pesticidas o sustancias tóxicas.
Existen muchos tipos de caracoles desde el famoso Theba pisana muy consumido en el sur de España que es pequeño y rayado. Pasando por Conu aspersum de carne muy sabrosa y que puede prepararse de múltiples formas. Al Helix pomatia o caracol de Borgoña que es delicioso y muy consumido en Francia.
Lo segundo
Limpiar los caracoles. Para ello, hay que ponerlos en un recipiente con agua fría y sal durante unas horas, para que suelten la baba y las impurezas. Luego, hay que lavarlos bien bajo el chorro de agua y frotarlos con un cepillo o una esponja.
Lo tercero
Cocinar los caracoles. Hay muchas recetas diferentes, pero una de las más sencillas y sabrosas son los caracoles Borgoña.
Y por último
Comer los caracoles.
Según el tipo de receta se consumirán de una forma u otra.
En España cuando comes caracoles en el sur, lo sirven en un cuenco con un caldito muy sabroso que puede beberse o mojar pan. El caracol se coge por la concha con los dedos y se comen mordiendo la carne, separándola del caparazón. Puede usarse un “palillo” o bien un tenedor para sacar la carde de aquellos caracoles que no hayan salido.
Para la “cabrilla (Otala lactea) con tomate” se usa el mismo procedimiento.
Quizá el plato más complicado puede ser en citado caracol de Borgoña y que pasamos a describir:
Se necesita un tenedor pequeño o un palillo para sacar la carne del caparazón. También se puede chupar el jugo que queda dentro, que es muy rico. Los caracoles se pueden acompañar con pan, queso, ensalada o lo que más les guste.
En el siguiente vídeo se explica cómo comer caracoles con utensilios especiales:
Youtube: https://youtu.be/k0j4jgTavIQ
- Los caracoles deben servirse en un plato como el que aparece en el video.
- Hay que utilizar pinzas para caracoles y tenedores largos y finos para sacar su carne.
- Se cogen las pinzas con la mano izquierda.
- Las pinzas sirven para aferrar y mantener inmóvil la concha contra el plato.
- Con la mano derecha, se hunden los dientes del tenedor contra el borde.
- Se extrae la carne.
- Se come de un solo bocado.
Y así se comen los caracoles, amigos y amigas. Espero que les haya gustado este post y que se animen a probar esta delicia gastronómica. Si lo hacen, no olviden contarme cómo les ha quedado y si les ha gustado. Hasta la próxima.