Con creatividad podemos hacer objetos hermosos, curiosos y útiles que además nos proporcionan el placer de fabricarlos. Nos entretiene y nos distrae en estos momentos tan difíciles del coronavirus. Aquí os traigo unas bonitas macetas con forma de caracol para adornar la casa o el jardín.
Decrecimiento
La lógica del caracol

En el momento en el que el caracol llega a su edad adulta su concha deja de crecer…Ha alcanzado el tamaño óptimo para continuar su vida sin sobrecargas…Actualmente se plantean muchas dudas sobre nuestra continuidad en el planeta. ¿Deberíamos pensar en el Decrecimiento?.
«El caracol construye la delicada arquitectura de su concha añadiendo una tras otra las espiras cada vez más amplias; después cesa bruscamente y comienza a enroscarse esta vez en decrecimiento, ya que una sola espira más daría a la concha una dimensión dieciséis veces más grande, lo que en lugar de contribuir al bienestar del animal, lo sobrecargaría. Y desde entonces, cualquier aumento de su productividad serviría sólo para paliar las dificultades creadas por esta ampliación de la concha, fuera de los límites fijados por su finalidad. Pasado el punto límite de la ampliación de las espiras, los problemas del sobrecrecimiento se multiplican en progresión geométrica, mientras que la capacidad biológica del caracol sólo puede, en el mejor de los casos, seguir una progresión aritmética».
Ivan Illich
La verdad es que podemos aprender mucho de la naturaleza y en este caso de los caracoles…
El Decrecimiento
El término «Decrecimiento» se refiere a una situación en la que la riqueza económica producida no aumenta sino que disminuye. Se basa en el principio de la conciencia de un mundo finito con recursos limitados y en la idea de que sólo una reducción de la producción y el consumo mundial puede garantizar el futuro de la humanidad y la preservación del planeta.
La idea del decrecimiento implica un principio de equilibrio a todos los niveles y en particular, un reajuste de las disparidades entre los países más ricos y los mas pobres, reducir nuestro ritmo de vida en el primer mundo para mejorar la calidad de vida en el tercer mundo.
«Tenemos que aprender a vivir más simplemente, para que los otros, simplemente, puedan vivir»
Mahatma Gandhi
Los orígenes de la idea
Si bien las ideas relacionadas con la preservación del medio ambiente y la explotación excesiva de los recursos naturales surgieron al final de la Segunda Guerra Mundial, fue a principios del decenio de 1970 cuando el concepto de decrecimiento despegó, en particular con la publicación del libro de Nicholas Georgescu-Roegen, The Entropy Law and the Economic Process, seguido de la labor del Club de Roma.
Posteriormente retransmitidas y completadas por muchos pensadores de todos los horizontes (economistas, ecologistas, filósofos…) estas nuevas ideas se basan en algunos principios:
- Una gran parte de los recursos del ecosistema humano son limitados por naturaleza.
- El agotamiento de cada recurso no renovable merma nuestras posibilidades de supervivencia a largo plazo en el planeta.
- El crecimiento infinito (demográfico, económico…) en un mundo finito es imposible.
- Hoy en día, aunque no hay ni de lejos un apoyo mayoritario a estos planteamientos, muchas de las ideas planteadas se apoyan en la ya indiscutible realidad de la responsabilidad humana en el calentamiento global y en otros muchos problemas globales.
Decrecimiento y Desarrollo Sostenible
En el campo de la ecología y el desarrollo sostenible, la idea de que nuestro modelo económico basado en el crecimiento está en la raíz de los problemas ambientales está cada vez más extendida. La Huella Ecológica.
Para sostener el crecimiento económico y el aumento del PIB, el sistema económico mundial se ve constantemente empujado hacia el consumo de recursos naturales, la conquista cada vez más sistemática de los ecosistemas, el uso de combustibles fósiles y productos químicos, etc.
¿Es entonces el desarrollo sostenible la respuesta para lograr un mundo más equilibrado económica, social y medioambientalmente?
Debido a estas actividades económicas y sus inevitables consecuencias sobre el medio ambiente, estamos asistiendo al calentamiento del planeta, la degradación de la biodiversidad y la contaminación atmosférica.
Al pensar en el decrecimiento, existe por lo tanto la idea de que debemos dejar de intentar producir más y más a expensas de la naturaleza, y en su lugar intentar producir menos, pero mejor y con menos recursos.
Al fin y al cabo «No es más rico quien más tiene sino quien menos necesita»
Refranero popular
La cría de caracoles en Andalucia
La helicicultura o cría de caracoles es una actividad que poco a poco va abriéndose camino en el sector de la ganadería y agricultura en la Comunidad Autónoma de Andalucía. La cría de un caracol de calidad es ya una realidad en varias granjas de caracoles.
La helicicultura no sólo mejora la economía, sino también contribuye al mantenimento de la biodiversidad ya que evita la recogida incontrolada de éstos moluscos en su hábitat natural, fomentando así la conservación del caracol silvestre, no mermando las poblaciones naturales de algunas especies que incluso pueden llegar a estar en peligro de extinción, como el caracol vaqueta.
Habría que recordar también que la recogida de caracol en su medio natural y su posterior comercialización puede acarrear serios problemas de salud, ya que en el cuerpo de estos gasterópodos pueden acumularse toxinas procedentes de herbicidas o plaguicidas con los que se tratan las plantas de las que se alimentan.
Gracias a los avances en cuanto a investigación y desarrollo de varias entidades y administraciones se pretende dar respuesta a las exigencias del mercado de caracoles de alta calidad. Garantizando así un consumo que cumpla las normas mínimas, en cuanto a calidad higiénica y seguridad alimentaria, establecidas por la Unión Europea para la comercialización de caracoles.
Preciosos caracoles cubanos
No sabía de la existencia de estos maravillosos caracoles terrestres llenos de color, hasta que un día los vi en fotografías.
Son caracoles endémicos de Cuba (esto es que sólo existen allí). Su nombre científico es Polymita picta. Su día a día lo pasan en los árboles, alimentándose de hongos y líquenes, contribuyendo así a la buena salud de los cafetales cubanos y regiones boscosas donde habitan de forma natural.
Lo más curioso en mi opinión es que a pesar de que hablamos de individuos de la misma especie, los diseños de sus conchas son muy diversos y coloreados, pudiendo presentar amarillos, rojos, naranjas, negros …Su nombre Genérico Polymita viene del Griego «Poly» que significa muchos y «mitos» que significa rayas.
Por desgracia es una especie que se encuentra en serio PELIGRO DE EXTINCIÓN. Al vivir en un lugar tan reducido y debido al atractivo de su concha han sido objeto de recolección indiscriminada, llegando incluso a poner en riesgo su supervivencia. Por no hablar de las deforestaciones que acaban con su hábitat.
Curiosidades de los caracoles
Los caracoles son machos y hembras a la vez, es decir son hermafroditas…
La cópula del caracol es muy larga y puede durar horas…
Algunas especies de caracoles pueden vivir hasta 30 años…
Pueden alcanzar una velocidad punta de 2cm/seg …17 horas para recorrer la longitud de un campo de futbol…
La especie de caracol mas grande del mundo se llama Achantina achantina y vive en África…
Cómo comer caracoles

Los caracoles han sido consumidos desde antiguo. ¿Pero desde hace mucho?… Sí, desde la prehistoria. Existen restos de conchas de estos moluscos en cuevas con miles de años de existencia, «Los humanos ya se alimentaban de caracoles hace 150.000 años».
En la Roma de los césares se consideraban un manjar y eran engordados en granjas para posteriormente comerlos. A estas granjas se les denominaba cochlearium. Según Plinio el viejo , tenían también propiedades medicinales y los recomendaba como remedio para los dolores de estómago entre otros males.
Durante la Edad Media en Europa debido a la prohibición de comer carne se consumían en la Cuaresma, (no eran considerados ni carne ni pescado).
En el siglo XIX el caracol se pone de moda en Rusia y se convierte en una comida para sibaritas y comensales de la nobleza como el Zar Alejandro I, de quien se decía que podía comer hasta 2 Kg de caracoles en un día, «Caracoles a la Borgoñona».
El consumo de caracoles de Borgoña se extendió y se puso de moda en toda Francia en la segunda mitad del siglo XIX.
Y es que a pesar de ser despreciado como alimento por algunos, el humilde caracol se ha hecho un hueco entre nosotros. Unas veces porque no había otra cosa que comer, y otras porque hemos sabido apreciar en él un alimento verdaderamente exquisito.
En el siguiente vídeo se explica cómo comer caracoles y utilizar el menaje básico:
Youtube: https://youtu.be/k0j4jgTavIQ
A continuación, unas pinzas, platillos y tenedores especiales para adentrarse en este mundillo del «Escargot».
Caviar blanco de caracol
Helix aspersa es la especie de caracol del que se obtiene el caviar blanco.
Los caracoles son hermafroditas, es decir actúan como machos y como hembras, aunque no pueden auto-fecundarse. Al oscurecer comienza el preludio amoroso que puede durar una o dos horas. Ambos juguetean con las antenas hasta que se lanzan mutuamente el denominado «dardo del amor» de naturaleza calcárea que parece inducir cambios hormonales en los caracoles.
Posteriormente se produce la cópula, depositando las células reproductoras en su pareja. Como casi todo en el mundo de los caracoles, el apareamiento también es un proceso lento y dura unas diez horas.
Aproximadamente diez días después, cada uno de ellos hará un agujero donde depositará, uno por uno, unos 100 huevos. Finalmente lo cerrará cuidadosamente.
Ahí tenemos el denominado caviar blanco, por el que se puede llegar a pagar hasta 1600 € por kilo, muy apreciado en el mundo Árabe..
Los huevos de caracol comercializado se preparan con huevos de Helix aspersa, cada uno con un peso de 30 a 40 mg y unas medidas de unos 3 a 4 mm de diámetro. Cada puesta de caracol representa un promedio de 4 g de «oro blanco».
Con lupa y pinzas se realizará la selección, huevo por huevo, en el laboratorio, para calibrar y elegir la mejor y más estética de estas perlas. Seguidamente son enfriados para que no pierdan ninguna de sus propiedades.
En teoría son necesarios unos 250 caracoles para producir 1 kg de caviar.
El precio de estos huevos de caracol refinados es de alrededor de 1500 € a 1600 € por kilo y los pesos más comunes son 50, 125, 250, 500 y 1000 gramos.
Aunque muchos son de la opinión de comerlos tal cual sin ninguna preparación, (lo definen como un «sabor fino y sutil»), son muchas las recetas que pueden elaborarse con este producto:
Tartar de gambas con caviar blanco (cosasdecome.es)
Carpaccio de aguacate, langostinos y caviar blanco de sierra nevada (saborgranada.es)
Y un sinfín de recetas más.
La espiral del caracol

La sección de la concha del caracol muestra una secuencia regular de sucesivos tabiques que corresponden a las diferentes etapas del desarrollo del animal.
A medida que crece y siguiendo una espiral se van formando cajas cada vez mayores. A esta construcción geométrica se le atribuye un carácter estético desde la antigüedad guardando la llamada proporción áurea.

Encontramos esta curva que gira alrededor de un punto mientras se aleja en distintas manifestaciones de la naturaleza sea un ciclón, una galaxia e incluso el propio ADN de nuestras células.

Esta formación natural también es frecuente en el reino vegetal, como en los zarcillos de la vid o los frondes del helecho.

La espiral está vinculada al movimiento y al tiempo. Representa un movimiento cíclico infinito, comenzando desde un punto central en la evolución o regresando al punto central en la involución.

La representación de este símbolo es frecuente desde la antigüedad en todos los continentes. Es el caso de los megalitos, como en la piedra de entrada de Newgrange. La espiral fue copiada extensamente por los celtas en su iconografía, simbolizando el movimiento y la vida.


Las vemos también en las espirales de Nazca, como una estructura destinada a la irrigación, según los últimos estudios.

La proporción áurea que preside la construcción de la espiral del caracol convierte esta estructura en un recurso estético y práctico muy utilizado como elemento arquitectónico. La escalera de caracol ya aparece en tiempos de los romanos como solución para lograr salvar una gran altura en lugares estrechos sin demasiado espacio, como por ejemplo una torre vigía.
Algunas de estas escaleras evolucionaron hasta convertirse en verdaderas obras de arte, como la Escalera Bramante.

Incluso un juego tan popular como el juego de la oca transcurre sobre una espiral.

Caracoles desde siempre
Los caracoles han sido consumidos desde antiguo. ¿Pero desde hace mucho?… Sí, desde la prehistoria.
Existen restos de conchas de estos moluscos en cuevas con miles de años de existencia, «Los humanos ya se alimentaban de caracoles hace 150.000 años».
En la Roma de los césares se consideraban un manjar y eran engordados en granjas para posteriormente comerlos. A estas granjas se les denominaba cochlearium. Según Plinio el viejo , tenían también propiedades medicinales y los recomendaba como remedio para los dolores de estómago entre otros males.
Durante la Edad Media en Europa debido a la prohibición de comer carne se consumían en la Cuaresma, (no eran considerados ni carne ni pescado).
En el siglo XIX el caracol se pone de moda en Rusia y se convierte en una comida para sibaritas y comensales de la nobleza como el Zar Alejandro I, de quien se decía que podía comer hasta 2 Kg de caracoles en un día, «Caracoles a la Borgoñona».
El consumo de caracoles de Borgoña se extendió y se puso de moda en toda Francia en la segunda mitad del siglo XIX.
Y es que a pesar de ser despreciado como alimento por algunos, el humilde caracol se ha hecho un hueco entre nosotros. Unas veces porque no había otra cosa que comer, y otras porque hemos sabido apreciar en él un alimento verdaderamente exquisito.
Estivación del Caracol «chico»
Aquí os dejo este vídeo que grabé cerca de mi casa al caer la tarde en pleno agosto. Ese día, en Sevilla, se había alcanzado una temperatura de 43 Cº a la sombra. Llama la atención, al mirar por entre los arbustos los «racimos de caracoles» aguantando el calor. Parece increíble pero están vivos.
Estas especies de gasterópodos, entre los que se observa Theba pisana (caracol chico, como se les llama por aquí), han optado evolutivamente por la estivación. Un mecanismo de adaptación, en este caso a la sequía y a las altas temperaturas, que permite que el animal sobreviva sin comer ni beber durante meses.
Cuando las condiciones no son las adecuadas para sobrevivir, estos caracoles no van a guarecerse debajo de una piedra o en la oquedad de un árbol, sino que «deciden» subir a un lugar lo más alejado posible del suelo, ralentizar su metabolismo y generar un «tapón» llamado epifragma (propio de los caracoles terrestres), que les permite combatir la deshidratación y agarrarse fuertemente a la superficie donde pasarán el verano.
El soporte elegido, suele ser una estructura alargada como una planta seca, un poste, una señal de tráfico e incluso los he visto en farolas… Así huyen del calor del suelo y minimizan la pérdida de agua. En este estado pueden permanecer hasta cuatro meses, alimentándose de sus reservas.
Con las primeras lluvias y el descenso de las temperaturas vuelven a la actividad.