Los caracoles de agua dulce son moluscos gasterópodos acuáticos comunes en los ecosistemas de agua dulce que habitan cuerpos grandes y pequeños de agua corriente o estancada, tales como charcas, lagos, lagunas y ríos de todo el mundo.
Hay más de cuatro mil especies de caracoles de agua dulce, con diferentes métodos de reproducción; según la especie su vida va desde pocas semanas a unos pocos años. Aquí tenemos diferentes especies:
- Caracol manzana (Pomacea bridgesii)
- Caracol de acuario (Neritina natalensis)
- Caracol de agua dulce (Physa acuta)
- Caracol de estanque (Lymnaea stagnalis)
- Caracol de río (Melanoides tuberculata)
- Caracol de concha espiral (Planorbis corneus)
- Caracol gigante (Ampullariidae)
- Caracol de Malasia (Tylomelania sp.)
- Caracol de Japón (Cipangopaludina japonica)
- Caracol de agua dulce de América del Norte (Helisoma trivolvis)
Están adaptados a diversos nichos ecológicos, algunos son completamente acuáticos, otros tienen una forma de vida anfibia y otros alternan periodos de sequedad alternados con periodos de fuertes precipitaciones.
Desempeñan un papel importante en los ecosistemas acuáticos. Ayudan a mantener el equilibrio al consumir materia orgánica en descomposición y algas, y también sirven como fuente de alimento para otros animales.
En cuanto a su apariencia, tienen una concha espiral que les sirve como protección y que puede variar en tamaño, forma y color según la especie. Algunos caracoles de agua dulce son considerados plagas e invasivos, como el caracol manzana (Pomacea canaliculata).
En cuanto a su alimentación, son herbívoros y se alimentan de algas, plantas acuáticas y detritos. Algunas especies también se alimentan de otros caracoles y de pequeños invertebrados. A diferencia de otros animales, estos caracoles no tienen boca ni dientes. En su lugar, utilizan una rádula, una estructura en forma de lengua cubierta de pequeños dientes, para raspar y triturar su comida.